A continuación se presentan algunos datos que nos permiten entender y tomar conciencia sobre la necesidad de abordar educativamente la cuestión:
Fuente: Orange. Por un uso Love de la tecnología www.usolovedelatecnologia.com
El impacto del visionado de contenido pornográfico sobre los menores puede tener consecuencias negativas como:
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La estadística nos habla de que nuestros hijos e hijas van a encontrarse antes o después con este tipo de contenidos en los que se muestran imágenes agresivas, impactantes y perturbadoras para chicos y chicas que todavía no tienen la madurez ni las claves para entender y asimilar este tipo de contenidos. Estos contenidos pornográficos pueden abrumar a los menores que no saben cómo encajar y digerir ese tipo de contenidos.
La gran mayoría de expertos coinciden en señalar que esta es una oportunidad que hay que aprovechar para hacer una adecuada educación sexual:
Está claro que las personas aprendemos mucho por observación directa. De esta forma, los menores expuestos repetidamente a contenidos pornográficos lo pueden a asumir como algo normal. Por ese motivo conviene acompañar a nuestros hijos en su desarrollo y comprensión de la sexualidad humana enseñándoles normas y valores basados en el respeto y la igualdad, el afecto, el cariño, la comunicación de las necesidades, etc.
Conviene recordar que inicialmente parte de la motivación de los menores en el visionado de contenidos pornográficos puede ser la sana curiosidad adolescente sobre la manera en la que ocurre el sexo. Posteriormente, algunos pueden aprender a canalizar su impulso sexual a través del visionado de material pornográfico en la red, construyendo de esta forma un imaginario erótico determinado, y dejando de alimentar y potenciar la fantasía personal.
La pornografía ha existido siempre, lo que pasa ahora es que Internet la ha multiplicado exponencialmente, la hace mucho más accesible y está al alcance de la mano de todas las personas con la tecnología adecuada, niños incluidos.
Cada familia tiene su propia manera de enfocar e iniciar la conversación. A continuación, presentamos dos ejemplos:
Las relaciones íntimas de pareja son una cosa y la pornografía es otra distinta. Y aunque parezcan lo mismo, no lo son.
Recurriendo a este tipo de ejemplos puede resultar más fácil abordar el tema de los contenidos sexuales. De esta forma, se puede reflexionar sobre el hecho de que son actores y actrices que están actuando, representando un papel, su objetivo es que nos guste y vender más, para ganar más dinero.
Uno de los problemas es que los chicos/as interioricen como normales los modelos eróticos del porno. De esta forma, se puede reflexionar sobre el rol de las mujeres y de los hombres en la pornografía:
El porno está lleno de estereotipos. Es machista, desigual, agresivo, no hay afectividad, ternura, ni comunicación. En este sentido, ante la falta de modelos sobre la sexualidad humana y las relaciones íntimas, la pornografía puede ocupar este espacio y convertirse en el modelo inconsciente de relación íntima para personas sin experiencia. Y desde ahí se fomentan unos valores insanos y unos modelos inadecuados. En los que si una chica no es perfecta en sus proporciones o atributos sexuales, o en su actitud hacia el hombre no vale. O si un hombre no tiene un pene descomunal, una erección continua o no es una maquina de penetración perpetua no es válido. Se fomentan de esta forma modelos de comportamiento mecánico en los que se deja a un lado el respeto, las relaciones igualitarias, la parte afectiva y amorosa del encuentro íntimo.
En resumen, no conviene que la primera fuente de información sobre el contacto íntimo y la sexualidad entre las personas y la sexualidad sea la pornografía, resulta más apropiado que sean los padres y/o los docentes, los que aborden el tema de los afectos y la sexualidad humana. Conviene reflexionar con él/ella y poner límites a este tipo de contenidos. Se les puede decir con toda claridad: “No quiero que veas porno” y se le puede explicar las posibles repercusiones negativas a edades tan tempranas y en personas que todavía son inmaduras y no están preparadas para entender y asimilar ese tipo de contenidos. Asimismo, se les puede explicar lo que tú piensas sobre la pornografía y que no estás de acuerdo en que visione ese tipo de contenidos a esta edad. En consecuencia, conviene ser claros en la solicitud de poner límites a ese tipo de contenidos.
Otra posibilidad complementaria a nivel técnico, es activar el Control Parental para evitar que aparezcan este tipo de contenidos. Poner límites técnicos puede ayudar a lograr dicho fin, sin embargo no es la solución definitiva. Algunas personas piensan que el control parental es como poner puertas al mar: Hecha la ley, hecha la trampa. Por ese motivo, para que tenga una mayor efectividad, se les puede hacer partícipes de esa decisión. Siempre será conveniente hablar y reflexionar junto a nuestros hijos e hijas para ofrecer una educación sexual integral y responsable.
Más información sobre el tema. www.daleunavuelta.org/#inicio